Un velero, un hombre determinado, un objetivo noble y un montón de niños sonrientes. Márk Légrádi ya ha cumplido con muchos retos y dolores. Él sabe como se siente cuando uno falla antes del fin por circunstancias inesperadas. Pero no hay dificultad que no se pueda superar con trabajo duro y la determinación necesaria. Lo hace para cumplir sus sueños, por sí mismo y por innumerables niños enfermos. El programa “Un país por un Niño” recauda donaciones en diferentes países para los chavales más pobres. Márk con este reto no se dirige hacía tierras desconocidas, lleva una década ayudando a sus compañeros heridos, durante su vida ya ha demostrado su abnegación varias veces.
Hay un puente… Un puente que no necesita piedra, concreto o constructor. Y hasta así es más estable, más duro que uno construido por manos. No tiene un lugar fijo, se construye donde sea necesario. Se construye cuando dos personas se encuentran. Dos personas que se quieren y se necesitan. Porque este puente se construye de sonrisas. Allí y en ese momento. El puente de sonrisas.” Tamás Csitáry-Hock
Márk también está construyendo un puente de sonrisas, cuyos pilares son las donaciones que hacen este desafío gigantesco posible.
Él no solo hace esfuerzos sino se lo juega todo con este viaje para que un mar de sonrisas justifique el poder de la bondad humana. Los que sigan su viaje personalmente, en forma de donación o a través de un plataforma de comunicación, durante tres años compartirán unas aventuras excepcionales. Muchos reconocerán algunos sitios, ya que la vela tocará los puntos más importantes de la vuelta de József Gál. Gracias a la documentación constante será muy interesante ver los cambios en comparación con la situación de muchos años antes.
Ya se está trabajando a tope y el dibujo que Márk había bosquejado hace mucho tiempo para perpetuar su sueño para si mismo y para todos los otros ya está tomando color.
Hágase parte de este sueño! y siga dibujando y colorando esta historia para que al final del viaje quede un MAR DE SONRISAS!
